31 de mayo de 2008

Quiniela

El 30 de mayo a las 8 de la mañana veinte años hace, asaltaron el galpón de locomotoras, robaron el sueldo del personal de conducción; 454.000 australes; era una fortuna; estaban esperando el coche pagador, cuatro tipos, dicen que eran; la policía salió a perseguirlos, qué los van a agarrar...

Yo justo ese día estaba accidentado, con la 9062, me agarré medio dedo; todos me preguntaron qué número era la máquina, la 9062, hasta el médico que me atendió, lo jugó a la quiniela, ¿no va que sale ese número?; bueno, doctor, le dije, ya que salió la quiniela, déme veinte días más.

Yo no juego a la quiniela, pero en el galpón también lo agarraron ese número.

Los maquinistas fallecidos

Le pido a Pedro que me lea la lista de la hoja de su cuaderno (la que está escaneada más abajo). Empieza y yo copio:

Agostini; Deamo; Cometta; Alvarez; Migliore Carlos; Migliore Diderot; Del Run, Emilio; Di Lorenzo, Alfonso; José Di Lorenzo; Gil, Rodolfo, Gil Francisco, Repetti Constancio, Repetti, Jerónimo, Repetti Enrique y Repetti Ricardo; sgalla, roberto, Sgalla Agnello; Pallero, Rodolfo; Iglesias, Julio; Iglesias Humberto; Cerra, Andrés; cerra Alfredo; Cerra Enrique; Gonzaga, Pascual; Zangla, Vito; Cayetano Rodríguez; edro Rodríguez; Ramón Contreras; Pedro Abad; Alfredo Torres;Lui Torresi; Roberto Casineiro; Aliatta Pedro; Aliatta Juan Carlos; Aliatta Osvaldo; Penici, Santos; Dargaine Aureo; Maccarini Aurelio; Maccarini Héctor; Cesari, Pedro; Lopez Lopez, Roberto; Iriarte, Rafael; García, Rafael; García Bernardo; Martín Casto; Rubinich Juan; Canadea Antonio; Bosetti, Juan Emilio; De Pedro, Rubén; Amed, Carlos; Sfakianos, Juan Carlos; Sfakianos Aquilino; Bozzano, Santos; Bozzano, Antonio; Salustro, Enrique; Hinostroza, Reynaldo; Rosas; Castillo, Sebastián; Malsapina, Antonio; Medagna, Julio; Nieto, Alfonso; Enzo Cantón; Ricardo Pecetti; Jose Cattanea; Alfredo Palacios; Ernesto Palacios; Sebastian Pascual; Amadea Penna; Niver Canga; Américo Fernández; Heriberto Fernández; Nobel Cornado; Antonio Antolini; Pablo Usunoff; Alfredo Herbalejo; Pablo Ferreti; Vicente Comesaña; Benito Lamas; Gumersindo Lamas; Juan Basileski; Leandro Rizzo; Antonio Peña; Román Rozas; Ilmar Rozas; Miguel Sánchez; Juan Carlos Ribot; Miguel Ribot; Leoncio Sangregorio; Omar Sangregorio; Marcos Carlino; Miguel Carlino; Antonio Trech; Rodolfo Robaina; Roberto Cavagna; Vicente Nestor Cafisso; Italo Martellini; Julio Capelli; Luis Capelletti; Argentino Panizzi; Benigno Fernández; Rodolfo Berardozzi; Luis Barroso; Alejandro Girosky; Osvaldo Ibaldi; Luis Quevedo; Antonio Tarca; Bruno Topa; Francisco Rebollo; Rodolfo Girotti; Arlenghi; Héctor Rubira; Alberto Ballemberg; Orlando Russo; Domingo Quondamatteo; Angel Martinez; Francisco Morán; Antonio Cuenca; Juan Ballemberg; José Miqueleis; Américo Block; Luis Block; Gómez, Angel; Antonio Genovese...

Copio, pero cuando voy a controlar veo que no coinciden exactamente los nombres con los que están anotados en el papel.

- Pedro, no son los mismos nombres... no me los estás leyendo.
- No traje los lentes, así que te los digo como los tengo en la memoria; no puedo ver sin los lentes, ¿viste?

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Los nombres están anotados en el cuaderno de Pedro; yo en su momento escanée esas páginas y por eso ahora cuando le pido que me lea, lo que le doy es ese "papel", o sea, la imagen escaneada e impresa de su propio cuaderno.

Ya otras veces me había mostrado listas semejantes (apodos; compañeros de galpón jubilados; compañeros fallecidos; negocios de White, etc.). No es que va agregando los nombres a una única "lista madre"; no; de vez en cuando, se decide y escribe, y reescribe la lista, toda de un tirón. No existe "el" cuaderno, "el" registro, ese objeto que eventualmente uno podría entronizar como "el" documento; la lista va quedando en su memoria.

25 de mayo de 2008

La no-estadística: maquinistas fallecidos Galpón White



En su cuaderno nuevo Pedro volvió a hacer la lista de los maquinistas de White ya fallecidos. Toda esta extensa lista podría reducirse a un número: 400 fallecidos. Pero Pedro prefiere nombrarlos a todos, uno por uno. Es un volumen de nombres, y cada nombre abre la puerta a una serie de historias, y de anécdotas.
Este es unpárrafo que escribió Marcelo Díaz en diciembre de 2006:

"¿A quién le importa que no se olvide el nombre de todos los
ferroviarios que trabajaron en el galpón de locomotoras? a Pedro Caballero.
Porque el reverso de las series que se recitan es la extrema precisión que
singulariza. En vez de mil doscientos ferroviarios: Aliaga, Alonso, Marcaccio,
Samataro, y así... No es que la memoria de Pedro trabaje desde el absurdo, todo
lo contrario, se apoya en algo semejante a lo que Duchamp consideraba lo
“infradelgado”, que es aquello que, en un mundo que masifica y produce objetos
en serie, hace de cada cosa algo único e irrepetible."

Estadísticas

Pedro llegó el viernes a la mañana de su viaje a Buenos Aires, pero en vez de contarme cómo le fue esta vez, me da este papel en el que anota sus estadísticas:

Viajes a Buenos Aires 2004-2008
22 veces ida y vuelta
15400 kilómetros
560 horas arriba del tren
270 horas en la Capital Federal
12 días
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Restaurantes
El tren mixto - San Valentino - Danila - Avenida de Mayo
Meriendas
Pizzería Avenida: 22 meriendas
Calle Brasil: Desayunos 22
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1 retorno en micro 5-2-2007 por no haber tren
1 retorno desde La Colina a Bahía Blanca 26-7-2005
1 llegada a Buenos Aires desde Las Flores en micro 4-2-2007

20 de mayo de 2008


Pedro dice que la colonia en la que vive está en un "rancherío" (y él también lo dice así, entre comillas) llamado las 14 provincias, como el famoso conventillo que está en la calle Catamarca, n el barrio Noroeste.

Había otras, las colonias San Carlos, popularmente conocidas como "las caballerizas", frente a la estacion , una casa grande.
Pero estas son 18, las colonias, no sé por qué le pusieron las 14, las 14 provincias, eran colonias de solteros, para personal de conducción.

19 de mayo de 2008

Gallegos del Río

Después de 63 años, Pedro volvió a ver su pueblo, Gallegos del Río, en Zamora, España (gracias a google Earth y a Matías Gil Robert, del Museo del Puerto)

Lo vi con el satélite, con la computadora, yo pensaba “este pueblo desapareció de la faz de la tierra”; y no, ahí está, se ven las calles, las casas, las montañas ...

(El viernes 16 de mayo se cumplieron 63 años de la llegada de Pedro al puerto de Buenos Aires).

Facenzo el Maldito

En Donado 25 estaba la fonoplatea de LU2 ahí actuaban, la gente podía ir a verlos, una casa vieja era, después se fue a Sarmiento.

En los pueblos armaban el escenario en los galpones del ferrocarril, San Germán, San Román, Pedro Luro, Algarrobo, salían en gira, los viernes, Mario Mauré, Javier Rizzo y Valentina Lacruz. Las novelas duraban 40, 50 capítulos.

Donde se armó lío fue en LU2, hubo una obra, una radionovela, Facenzo el Maldito, que estaba Javier Rizzo; y Rafael Lewis era el que hacía de Facenzo ... era tan malo que un día se junto un grupo de 20, 30 mujeres, lo agredieron, a los paraguazos; en la zona también, se armaba cada lío en los pueblos, era un papel tan maldito..., en ese tiempo la gente, la novela, la tomaba como que era real...

14 de mayo de 2008

Rayo

Estaba con Fragolini en Maldonado , hace unos días y me dijo "Te olvidaste de contar lo del rayo".
Casi nos parte un rayo, un día. Una tormenta se levantó a las seis, estábamos en el andén dos, estábamos yo, ese muchacho y otro más, en la Estación Sud, sabes como salimos de ahí...

Comandos Civiles

En el 55 se formaron comandos civiles para apoyar la libertadora, para vigilar acá, el movimiento de las tropas, vigilar en la ciudad; el galpón de locomotoras, lo tomó la infantería de marina, acá en White un grupo de socialistas, salieron con dos locomotoras y las descarrilaron por allá para que no vengan trenes de Buenos Ares con las tropas; en el muelle también estaba la infantería de marina. Y actuaron apoyando al gobierno, como comisión de afirmación de la revolución libertadora, o centro democrático argentino, hasta el año 63 funcionaron. Después se disolvieron.

Ambientalista

El lunes 12 hubo en el museo una recepción de guardaparques y personas relacionadas con la reserva natural en la ría. Cuenta Pedro:

Ayer me descarrilé, me comí un sandwich que tenia jamón, me debe haber subido la presión, y tome champán. Estuve hablando con Gonzalez Prieto:
– A usted quería conocerlo - le dije- usted fue rector del Instituto Tecnológico en el 55.
- Sí, pero usted ¿cómo se acuerda?
- Yo trabajaba en la Farmacia Española del doctor Francisco J. Ferrandez; mi patrón era de los Comandos Civiles, en esa época, y usted también, Larriera, Roberto Sahores, Bermúdez Emparanza; usted fue rector interventor y después le entregó el poder a Fattone.

Es simpático, el viejito, ahora anda en el ambientalismo, y escribió muchas veces en los diarios.

3 de mayo de 2008

Arcón

La casa de Pedro es de madera. Es una de las "colonias" que hace ya más de cien años la empresa Ferrocarril del Sud construyó para el personal que trabajaba en el galpón de locomotoras de White.

Se la asignaron en 1964 y desde entonces vive ahí con sus gatos, sus revistas, sus libros, sus fotos y papeles. Solo la dejó durante dos años, cuando fue a vivir con su madre al barrio Vialidad; y de todas maneras no mudó sus cajas ni sus herramientas: durante ese tiempo, a la tarde, según me cuenta, volvía a su "colonia", y se sentaba en el patio, y tomaba mate.


Y dice que no se mudaría de ese lugar por ningún motivo.

Márgenes

Los mapas de Bahía Blanca ubican a White en el rincón inferior derecho.

Los mapas de White ubican las viejas colonias ferroviarias que están junto al galpón de locomotoras en el rincón superior derecho.

Si venís en colectivo desde Bahía, la 504 por ejemplo, la casa de Pedro está prácticamente al final del recorrido (antes no era así).

Una impresión así da este sitio desde Google Earth: mirado desde una cierta altura, White parece perdido en medio del barro y los islotes de la ría, y la casa de Pedro parece estar en el borde mismo de la zonas pobladas.

Durante sus años como ferroviario, Pedro no fue jefe, ni capataz, ni en White, ni en Bahía Blanca Sud ni en Maldonado; no fue más que secretario o vocal en las comisiones del Club Comercial; y nunca ocupó ningún cargo público.

El archivo de Pedro es un archivo ex-céntrico.

Ese es ahora su poder: desde ese margen remoto, Pedro tiene ahora la autoridad del exegéta, el que te guía por las calles de White y de Bahía, las de antes y las de ahora, por las revistas y por los anuarios, el que te explica detalladamente un mecanismo, y el que comenta con gran recelo las posibles consecuencias del buque gasificador que está por llegar al puerto.

Localización


Pedro vivió toda su vida y sigue viviendo en White. Dos o tres días a la semana cruza a pie o en bicicleta el puente La Niña y viene a Ferrowhite; cuando la tarde está linda va a caminar al muelle, o a regar las plantas que llevó al Museo del Puerto; los fines de semana toma la 504 y viene a Bahía al Parque de Mayo o al Paseo de las Esculturas y después almuerza en el Café número uno. Si no, se queda en el patio de su casa, releyendo sus revistas, libros, cuadernos de notas, cuidando a sus gatos o haciendo palabras cruzadas.
La forma de su archivo es también la de las calles que recorre todos los días, adoquinadas, de tierra o asfaltadas; de material, chapa, o madera como las paredes de su casa; los vecinos con los que recuerda y conversa sobre lo que pasa en white son los que viven en la vereda de enfrente; nosotros estamos sentados ahí, junto al puente, al lado de la usina, a metros del galpón donde él trabajó durante más de treinta años.

1 de mayo de 2008

Archivo

Pedro elenca en sus libretas los nombres de sus compañeros fallecidos, accidentes ferroviarios memorables, o los nombres de sus compañeros de escuela primaria. Los lee constantemente y por eso esos datos están siempre frescos. Ahora, en su cuaderno nuevo registra también, día a día, a dónde va, con quiénes se encuentra, qué hace, qué ve.




Y si hemos estado conversando, por ejemplo, sobre los lugares donde en otras épocas se hacían bailes, cuando vuelve a su casa agrega una lista completa de salones y centros de reunión. El cuaderno se va convirtiendo así en un diario no sólo de sus actividades diarias sino también en un registro de las regiones por las que va transitando su memoria: ese nuevo registro es también parte del archivo, lo que lo mantiene dinámico, vivo.