26 de abril de 2007

Calvicie


Había uno en el galpón, el 104, que era pelado, venía a la mañana, metía la cabeza adentro del cajón, para que no lo vean; el tema era cuando tenía que ver al jefe, se tenía que sacar el sombrero, y ahí venían las cargadas de los compañeros.

Yo me peinaba con gomina Brancato y tenía cuatro o cinco peines Pantera.
Ahora los tengo todos archivados, los peines, en una caja.

A los 17 años se me empezó a caer el pelo. Por el 72, 73 me compré un peluquín, rubio, (porque yo, cuando era chico, era rubio), allá en Bahía, calle O’Higgins, en lo de Carlos Alberto. Un domingo salí con el peluquín, lentes negros y unos bigotes hasta acá, un traje cruzado, medio amarillo con dos tajos atrás, petiteros se le decía, y con reloj de bolsillo. Me hacía el....
Fue como una aventura, dos o tres veces lo habré usado el peluquín, después al final me acostumbré.

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