Nos estamos dedicando a la arqueología, últimamente, con Pedro Caballero.
Junto al castillo, hay un cabrestante de los que se usaban, explica Pedro, para mover vagones en el muelle hacia y desde la playa de maniobras, cuando las pilotas (pequeñas locomotoras a vapor) no podían llegar hasta ahí, con un motor que hace girar ese aparato y da impulso.
Pedro y José Pacheco observan la tapa del moto del cabrestante
El cabrestante, y la tapa del motor, con la marca BAP (Buenos Aires al Pacífico) y el nombre de la fábrica inglesa de la cual proviene. Las hipótesis de Pedro, José Pacheco y Gustavo Monacci acerca de su utilidad concuerdan: quizás servía para las chatas carboneras que desde la playa de maniobras eran desviadas hacia la usina.
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